El Reino de los Serbios,
Croatas y Eslovenos" proclamado en Belgrado el l ero de diciembre de 1918
era un programa, más que una realidad. Los ciudadanos de este nuevo Estado no
solo eran los tres pueblos a los cuales se les nombraba, sino también comprendía
a los alemanes y húngaros de Voivodina, albaneses en Kosovo y Macedonia,
rumanos en el Banat, turcos en Bosnia-Hercegovina y Macedonia, checos y
eslovacos, rutenos, italianos, rusos blancos refugiados y 70'000 otros
"diversos": en total, más de dos millones de "extranjeros",
o sea un 17% de la población. Los eslavos que habitaban Macedonia, desde esa
época empezaron a ser designados simplemente como serbios del Sur y por lo
tanto, contados como serbios. En cuanto al 1'300'000 musulmanes, nadie sabía
cuantos eran serbios y cuantos eran croatas. Muchas de las minorías censadas -
los magiares, alemanes, albaneses, rumanos, italianos - vivían en contacto con
sus Estados nacionales: lo que explica también las tentaciones de irredentismo
de todo tipo.
Recordemos que los tres
pueblos fundadores, serbios, croatas y eslovenos, si bien existía en ellos la
idea de una unión, no se habían pronunciado sobre qué estructura
"unitaria" se daría el futuro Estado, y pronto se dan cuenta que lo
que se está creando es simplemente la - gran Serbia - a la que se opondrán de
inmediato eslovenos y croatas con su concepción de una unidad federalista y
respetuosa de la personalidad de cada nación; croatas y eslovenos que venían
saliendo de una Doble-Monarquía que se había derrumbado principalmente por no
haber sabido transformarse ella misma en una federación de pueblos. El Estado
yugoslavo era par lo tanto, algo dificilísimo a construir, y el arquitecto de
esta obra pretendía ser el príncipe heredero de Serbia Alejandro Karageorgevich
(1888-1934), bisnieto del legendario Jorge el Negro. Este reemplaza a su padre
desde 1914, que estaba muy debilitado por su enfermedad. Alejandro muestra
durante la guerra una energía no exenta de brutalidad; patriota serbio, tiene
más confianza en el ejército que en el Parlamento para construir un edificio
sólido: habiéndose desembarazado de la "Mano negra" mediante el
proceso de Salónica, en el cual los oficiales de la organización terrorista son
condenados por traición y tentativa de asesinato del príncipe-regente, son
condenados a muerte tres oficiales, entre ellos Dimitrijević-Apis y otros
doscientos que serán internados en campos militares en Túnez. Pero casi de
inmediato el Príncipe-regente reemplaza a la "Mano negra" por la
"Mano blanca", con oficiales leales a su persona. A la muerte de su
padre el rey Pedro 1, en agosto de 1921, él se convierte en Alejandro I,
calificado por sus partidarios de "el rey unificador". En junio de
1922, contrae matrimonio con la princesa María de Rumania, y en 1923 nace
Pedro, su heredero al trono.
Antes de estas fechas, ya
Alejandro I había organizado las primeras elecciones en su reinado el 28 de
octubre de 1920, como un medida de legitimar su poder despótico y el Imperio de
la gran Serbia. Para facilitar esta consagración, hace suprimir las antiguas
fronteras nacionales y crea los 33 distritos favorables a los serbios. A
continuación, por la voluntad del príncipe, en las cartas geográficas, se
borran los nombres de las diferentes naciones y regiones.
En Croacia, el Sabor croata
y la función del ban dejan de existir por primera vez en 1200 años de
existencia. La Asamblea Constituyente es convocada en Belgrado el 28 de junio
de 1921 para establecer la nueva constitución. Nuevamente, este día no es
elegido por casualidad, es la fecha que conmemora la batalla de Kosovo de 1389
y la del atentado de Sarajevo.
La nueva constitución debe
legitimar la "gran Serbia" en el plan internacional y hacer
comprender a la oposición croata que ya todo está decidido y no hay vuelta
atrás. Del total de 419 diputados elegidos en las circunscripciones organizadas
por los serbios, solamente 223 votan por la constitución de Alejandro I, vale
decir, solo algo más de un 50%, y eso gracias a las presiones y la corrupción
ejercida sobre los diputados; pero los acuerdos de Corfú y de Ginebra exigían
una mayoría de dos tercios (661). Por lo tanto, es aprobada una constitución
ilegal.
Han votado en contra de la
constitución, todos los diputados croatas y eslovenos más los diputados del
Partido comunista yugoslavo. Se produce así la segunda gran ruptura entre
croatas y serbios después de la "unión" del l ero de diciembre de
1918. La tercera ruptura será la definitiva, con el asesinato de Esteban
Radić en el Parlamento de Belgrado en 1928. El rey promulga la nueva
constitución la que le entrega prácticamente todos los poderes del Estado. El
concentra todo el poder en sus manos, al estilo de un déspota. Ni siquiera es
responsable ante el gobierno, al cual nombra según como a él se le antoje, ni
ante el parlamento, al cual puede disolver cada vez que él así lo dictamine. En
todas las elecciones legislativas siguientes, Alejandro I se verá obligado, para
tener una "precaria mayoría" en la Škupština (parlamento en Serbia y
Montenegro), de utilizar métodos habituales a los tiranos:
-
presiones políticas, corrupción y terror;
-
elecciones fraudulentas, especialmente en Bosnia y Macedonia;
-
campañas de terror e intimidación hacia las diferentes minorías
nacionales.
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Gaspar Glavic: Mis lecturas sobre los 2000 años de
la historia de Croacia
Studia Croatica - electronic edition
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