1914-1918-el comité croata,
el comité yugoslavo y Serbia
Ya antes de la guerra de
1914, un número cada vez mayor de hombres políticos croatas eran partidarios de
que Croacia abandonara el Imperio de Austria y se integrara en una unión con
todos los eslavos del Sur. Era también el deseo existente en los hombres
políticos de Dalmacia, que además luchaban por la unión política entre Dalmacia
y Croacia. Austria siempre había prometido cumplir estos anhelos a los
dálmatas, pero en la práctica, nada hacía el poder austríaco para hacerlos
realidad. Muchos de estos croatas se encuentran en el extranjero cuando estalla
la guerra de 1914, los que sienten una profunda preocupación por la suerte que
podía correr Croacia; la preocupación se vuelve angustiosa al conocer la venta
de Istria y Dalmacia a Italia por los Aliados en 1915. Un "Comité
croata" se crea en Roma en 1914, después de la entrada de Italia en la
guerra; el comité se instala en París en abril de 1915 y en seguida se traslada
a Londres en donde adoptará el nombre de "Comité yugoslavo", en el
cual los dirigentes políticos más conocidos son Frano Supilo de Dubrovnik, Ante
Trumbić de Split y el escultor croata Ivan Meštrović.
En este Comité estaban
representados los diferentes pueblos y tendencias políticas de Croacia,
Eslovenia, Istria y Dalmacia, vale decir, de las provincias eslavas del sur del
Imperio austríaco. Ninguno de los representantes que concurren a la formación
de este comité, poseen algún tipo de mandato político ya fuese de un gobierno
local o del Sabor de Croacia, Bosnia o Eslovenia. El Comité yugoslavo será muy
bien recibido por la diáspora de los países que lo constituían y especialmente
entre los croatas, cuya emigración alcanzaba ya a los 600'000 croatas
dispersados a través del mundo, desde Canadá en América del Norte hasta el
extremo sur de América, con Chile y Argentina, tal como Australia en el
Pacífico, sin contar a los eslovenos, bosnios y macedonios.
Los miembros del Comité,
carecían de experiencia en negociaciones políticas, salvo Frano Supilo, y ellos
defenderán con cierta rudeza la idea de la unión de los Eslavos del Sur en up
Estado federal, sobre el principio de la igualdad, en la que cada nación
conservaría una cierta autonomía a definir para cuando terminase la guerra. Uno
de los hombres mas activos en este Comité yugoslavo, Frano Supilo, hace una
gira a través de las capitales europeas y al llegar a San Petersburgo, se
entrevista con el ministro ruso de relaciones exteriores, quien le confidencia
sobre la "venta" de Dalmacia y de Istria, condición que puso Italia
para entrar en la guerra al lado de los Aliados. Otros Comité buscarán también
exponer sus ideas al gobierno serbio en el exilio y a Nicolás Pašić,
representante serbio en estos intercambios de ideas y que seguirá como tal en
las negociaciones que se realizarán sobre este tema. Para Nicolás Pašić,
que representa al gobierno en el exilio y es el mandatario político de la
"Mano negra", el objetivo principal para después de la guerra, debe
ser la creación de la "gran Serbia" y no una verdadera y equitable
unión de las naciones eslavas. Ya hemos visto que Serbia se veía a si misma
como el Piemonte de los Balcanes o la nación dominante de una futura unión
eslava del Sur, en la cual Serbia conservaría el poder dominante o mayoritario
en relación a los croatas, eslovenos, bosnios, macedonios, montenegrinos, etc.
Hasta 1917, Nicolás Pašić sabrá utilizar al Comité yugoslavo para realizar
su política al servicio exclusivo de los intereses serbios, como cuando exige
la Tracia griega y Salónica en intercambio de Dalmacia prometida a Italia por
los Aliados, a pesar de que Dalmacia jamás fue serbia en el curso de su
historia, salvo durante escasos meses durante la ocupación del zar Dušan. Entre
los miembros del Comité, quizás el único que comprendió el peligro que
significaba las conversaciones con los serbios, fue Frano Supilo, quien se da
cuenta que no era solo una diferencia de puntos de vista lo que impedía que
serbios y croatas concordaran para llegar a un buen fin en las discusiones,
sino una diferencia profunda e insuperable entre las concepciones del Comité
yugoslavo y Nicolás Pašić. Supilo abandona por estas razones el Comité en
1916 y muere poco tiempo después, habiendo perdido toda ilusión en cuanto al
futuro de Croacia junto a Serbia. Pero en 1917, Nicolás Pašić cambia de
táctica ante la presión de los acontecimientos políticos:
En mayo de 1917, los
diputados de Eslovenia, Croacia, Istria, Dalmacia y Bosnia son convocados a
Viena al Consejo de la corona, oportunidad que aprovechan para crear el Club
yugoslavo, en el cual se discute del futuro de sus naciones. Una declaración
del Club - la declaración de Mayo - es dada a conocer en el Parlamento de Viena
por el esloveno Anton Korošec, que exige la unión de los eslovenos y croatas
dentro de un cuadro federal del imperio de Austria y en las fronteras
existentes en el mismo. Esta declaración tuvo mucha repercusión en Europa y
sobre todo en los países concernidos.
Era la última oportunidad
para el Imperio y Croacia. Pero, será desaprovechada y el Imperio se derrumbará
irremediablemente. La Mano negra continúa oponiéndose a toda negociación
respecto a la creación de la unión eslava y menos aún sobre un principio
federal e igualitario, y cuando ella amenaza de asesinar al rey y a Nicolás
Pašić su ministro, los principales miembros de la organización terrorista
serbia son detenidos en Corfú junto a su jefe Apis y ejecutados en Salónica en
1918.
La revolución social en
Rusia y sobre todo la nueva amenaza de una Federación del imperio austríaco
después de la declaración de mayo hecha por los representantes croatas y
eslovenos en Viena, hacen decidir a Nicolás Pašić de aceptar las
discusiones en un plano más serio con el "Comité yugoslavo". Un
compromiso es elaborado en Corfú (la declaración de Corfú del 20 de julio de
1917); después de las discusiones de más de un mes entre Pašić y el Comité
yugoslavo, se llega a un compromiso y consecuentemente, a una declaración
firmada, en la cual se estipula la creación, después de la guerra, de un Estado
común compuesto por Serbia y las naciones del Imperio de Austria
Ø
El nuevo Estado se llamará Reino de los Serbios, Croatas y Eslovenos;
Ø
La dinastía que reinará sobre este nuevo Estado, será la de los
Karageorgevich;
Ø
El nuevo Estado será una democracia parlamentaria;
Ø
Una nueva constitución será proclamada después de la guerra, fijando
la organización de un nuevo Estado; ella deberá ser adoptada con la mayoría de
los dos tercios.
Pero todo esto era nada más
que el comienzo, solo algunos grandes principios sobre la unión del nuevo
Estado para después de la guerra. Lo que se mantiene aún muy vago en esta
declaración, es la futura organización del Estado: Para los croatas y los
eslovenos, el principio de un Estado confederal o federal era lo esencial, ya
que esa era la causa principal por la que ellos luchaban contra el Imperio en
el cual vivían. Para los serbios y Pašić, la organización del nuevo Estado
la concebían muy centralizada, y desde luego, bajo la conducción de los
serbios, lo cual les permitiría, "por otros medios", alcanzar su
objetivo principal: la realización de la gran Serbia. El principio de
"federación" o "confederación" y la "autonomía
interna", no fueron seriamente abordadas y discutidas, ya que por la situación
que atravesaba Europa y para no romper las negociaciones, prefirieron postergar
la discusión sobre estos "detalles", para después de la guerra. Y
será a causa de estos "detalles" y de la no precisión de estas ideas
tan vitales, de donde nacerán las discordias y las desgracias del nuevo Estado,
desde el mismo año de 1918.
Es curioso constatar que al
nuevo Estado se le pone el nombre de Reino de los Serbios, Croatas y Eslovenos,
por la sola razón de que la parte serbia no acepta el término yugoslavo, y que
el nombre de Yugoslavia nacerá solo recién en 1929 durante la dictadura de
Alejandro Karageorgevich. Notemos también que en este nuevo Estado, a Bosnia,
Montenegro y a Macedonia, no se les menciona. Si hay algo que tranquiliza a los
croatas y eslovenos, es la declaración del presidente norteamericano Woodrow
Wilson, la que consta de catorce puntos en los cuales se estipula entre otros,
que "las naciones del Imperio de Austria podrán pronunciarse libremente
en lo que concierne a su futuro", lo que conforta a los representantes
croatas y a Ante Trumbić, signatario de la declaración. Al acercarse el
fin de la Primera Guerra mundial, la realización de la gran Serbia está muy
lejos de materializarse, menos aún con la proclamación de independencia de Eslovenia,
Croacia, Bosnia y Voivodina; a esto se le agrega la constitución de un Consejo
nacional en Zagreb y para colmo de males para las pretensiones hegemónicas
serbias, el Presidente Wilson de Norte América, a proclamado el "derecho
de los pueblos a disponer de ellos mismos" (la autodeterminación de
los pueblos).
Serbia acepta entonces una
nueva reunión con el Comité yugoslavo y el Consejo nacional de Zagreb, que se
efectúa en Ginebra los primeros días de noviembre de 1918. Pero los acuerdos de
esta Conferencia, son arrojados de inmediato al papelero por Serbia quien
organiza un verdadero golpe de Estado político-diplomático proclamando
precipitadamente la unión entre Serbia y las naciones del Imperio de Austria.
Ese día del lero. de diciembre de 1918, los serbios creen haber realizado al
fin su sueño de la gran Serbia.
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Gaspar Glavic: Mis lecturas sobre los 2000 años de
la historia de Croacia
Studia Croatica - electronic edition
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