Ya hemos visto como el
atentado que cuesta la vida al heredero al trono de Austria y a su esposa,
lleva a una guerra europea, que pronto se transforma en la Primera Guerra
mundial. Alemania y Austria deseaban dar una buena lección a la pequeña Serbia
y calmar sus ardores expansionistas; Austria declara la guerra a Serbia el 28
de julio y desde las orillas de los ríos Sava y Danubio, comienza a bombardear
Belgrado. Los dirigentes de Viena, como así mismo las capitales europeas,
estaban convencidas que la Doble Monarquia (Austria-Hungria), con sus 51
millones de habitantes y sus fuerzas armadas estimadas en 1'300'000 hombres, no
podrían tener mayores problemas en derrotar en muy poco tiempo a un país como
Serbia, con solo 4 millones y medio de habitantes y unas fuerzas armadas de
apenas 520'000 soldados. Para los expertos militares, la guerra no debería
durar más de unos pocos meses. Pero la guerra pronto irá implicando a más y más
países, y durará cuatro años con un costo en vidas humanas de siete millones de
muertos. Como previsto, Rusia llega en ayuda de Serbia y amenaza la región de
Galitzia, lo que obliga a los mandos austríacos a modificar sus planes de
movilización. Alemania entra a su vez, en ayuda de Austria, declarando la
guerra a Rusia el 1° de septiembre de 1914, y acto seguido es Francia e
Inglaterra que le salen al camino a Alemania.
Después de los primeros
éxitos de Austria, el ejército serbio resiste con mucho valor a las fuerzas
austríacas, sobre todo cuando Austria a debido retirar una gran parte de sus
tropas de Serbia para enviarlas a Galitzia en el frente contra Rusia y
enseguida, en 1915, contra Italia. En 1915, Italia acepta de entrar en guerra
contra Alemania a condición de obtener en contrapartida los territorios croatas
de Istria y Dalmacia hasta Split y una parte de Albania. Para este efecto, un
pacto secreto se firma en Londres en 1915 entre Francia y Gran Bretaña, con el
acuerdo de Rusia, la cual no acepta todas las exigencias de Italia y obtiene
para Serbia la costa croata desde Split hasta Dubrovnik. Pero las sorpresas no
terminaban aún entre estos "repartidores de territorios ajenos".
Serbia, considerándose "perjudicada" por la entrega de Dalmacia a
Italia, pide ser "compensada" y exige a sus aliados que le entreguen
Grecia del Norte hasta el puerto de Salónica y el monasterio serbio de Hilandar
en el Monte Athos. Los Aliados quedan estupefactos por esta exigencia de
Serbia, ya que ignoraban que esta misma pretensión ya la habían planteado los
serbios hacía un siglo atrás a Rusia para resucitar la gran Serbia efímera del
siglo XIV
Cuando Albania entra en
guerra contra Serbia, en 1915, el ejército serbio deberá elegir entre rendirse
o escapar a través de Albania hacia el mar Adriático. Los serbios se repliegan
cruzando las montañas hacia Albania, en pleno invierno de 1915, en compañía de
decenas de miles de civiles serbios. Nuevamente el Kosovo será testigo de una
terrible derrota serbia. Del 25 de noviembre al 16 de enero de 1916 se lleva a
cabo la retirada de las fuerzas serbias, que irán dejando en el camino a miles
y miles de muertos. Un camino al calvario, que marca un recuerdo imborrable en
la memoria colectiva serbia.
Al viejo rey serbio Pedro
I, lo llevan enfermo, en una carreta tirada por bueyes, le siguen el gobierno
serbio, su estado mayor, miles de civiles con mujeres y niños; también van los
monjes con las reliquias de San Esteban I, todos ellos atravesando áridas
montañas de un país como Albania, cuya población no a olvidado los recientes
abusos serbios de hace un año. Cerca de 20 mil morirán en esta travesía, y los
sobrevivientes que logran llegar a los puertos del Adriático serán embarcados
en navíos franceses, ingleses e italianos. A fines de 1916, los Aliados
enviarán a estas tropas serbias, sobre el frente de Salónica. Después de los
primeros éxitos de las fuerzas del Eje en la guerra, ésta se transforma en una
larga guerra de trincheras en todos los frentes, después de la famosa batalla
del Marne en territorio francés. En 1917, se producen dos hechos importantes:
En el comienzo de la
guerra, algunos pensaban que los soldados y oficiales croatas incorporados en
los ejércitos austríacos no combatirían por Austria contra Serbia e Italia.
Pero esto no fue así. Al luchar contra los italianos y serbios, los soldados
croatas estaban conscientes que ellos luchaban por Croacia, ya que sabían que
Dalmacia y Bosnia habían sido vendidas por los Aliados a Italia y Serbia. En
Italia, el pequeño ejército croata y esloveno propina una derrota al poderoso
ejército italiano y defiende heroicamente sus posiciones hasta 1918. A partir
de septiembre de ese año de 1918 los sucesos se precipitan:
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Gaspar Glavic: Mis lecturas sobre los 2000 años de
la historia de Croacia
Studia Croatica - electronic edition
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