1815-1915 Rusia y los
Balcanes
Rusia hace sus primeros
contactos con los Balcanes por intermedio de Montenegro a fines del siglo
XVIII, pero será solo a comienzo del siglo XIX que se interesará verdaderamente
sobre todo por los países ortodoxos que están bajo el dominio otomano. Ella
ayuda a la revuelta serbia en contra los jenízaros entre 1803 y 1817, y fuerza
a Turquía a acordar a Serbia una autonomía interna. Rusia apoyará también la
revuelta griega en los años 1830 en contra los Turcos, que mediante la cual
Grecia obtiene su independencia. Para implantar el orden en Serbia, Rusia le impone
la "constitución turca" en 1846. También Rusia ayuda a la obtención
de la independencia de Rumania en 1861. Evidentemente, que la ayuda de Rusia a
estos países ortodoxos bajo dominio turco, no tenia nada de "caridad
ortodoxa", sino sobre todo, la política de un gran Imperio que se había
fijado como objetivo final el de apoderarse de Estambul y toda la influencia
futura que desde esa región podría imponer. Durante cien años, Rusia se había
opuesto a la creación de una gran Serbia que llegaría hasta Salónica y
Estambul. Pero Rusia no se opondrá al reparto de Macedonia entre Bulgaria,
Serbia y Grecia en tiempos de las guerras balcánicas de 1912-1913.
A comienzos de la Primera
Guerra mundial, Rusia, para oponerse a Austria, apoyaba la independencia de Croacia
y de Eslovenia, y que Serbia se mantuviera como un país de cultura y religión
ortodoxa. El ministerio de relaciones exteriores ruso, envía una circular a
todos sus embajadores: la línea de división entre los dos Estados ortodoxos,
Serbia y Montenegro, debe ser trazada en Bosnia, desde el río Bosna (Sarajevo)
al río Neretva (Mostar), cortando Bosnia-Hercegovina en dos partes más o menos
iguales. Serbia y Montenegro deberían ponerse de acuerdo en sus relaciones
futuras, cuando la guerra terminase.
El territorio de Dalmacia
al sur del Neretva hasta Bar y Kotor, deberían decidir mediante un plebiscito
si ella se mantenía croata o deseaban convertirse en serbios-montenegrinos(! ).
En Yalta, en 1945, Stalin expresará personalmente más o menos la misma idea a
Winston Churchill. Cuando Nicolás Pašić, el ministro serbio, sabe que el
croata Supilo conoce este plan ruso y que los aliados han ofrecido a Italia
prácticamente toda la costa croata, a excepción de Rijeka, Pašić pide a
Rusia de que les entreguen a Serbia, en compensación por Dalmacia, las regiones
croatas de Lika y Eslavonia. Para él, esto sería la culminación del sueño
serbio de ir a la Gran Serbia, aunque no tuviesen la salida al mar a través de
Dalmacia.
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Gaspar Glavic: Mis lecturas sobre los 2000 años de
la historia de Croacia
Studia Croatica - electronic edition
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