LA AMBICION DE VENECIA
A pesar de
todas estas atrocidades, Zadar nuevamente se levanta en contra de quienes
pretenden someterla, y esta vez con la ayuda de Split logra expulsar los
invasores en el 1242 que venían con el conde veneciano Micheli a la cabeza. Así
es como reaccionarán cada vez cada una de las ciudades e islas dálmatas ante
sus pretendidos conquistadores. En
Dubrovnik
(Ragusa) en donde también había intentado imponerse el dogo Giovanni Dandolo,
es expulsado por la fuerza de las armas ragusinas cinco veces en una veintena
de años. Dubrovnik rechaza en numerosas oportunidades a los venecianos, ya sea
con la ayuda de los corsarios de Omiš (omish) y una vez incluso con el apoyo de
la flota genovesa.
Mientras
tanto, ya han pasado once años de la venta vergonzosa de Dalmacia, por Ladislao
de Nápoles y aun Venecia no puede tomar posesión de su compra. Las ciudades
resisten y no se rinden, como Šibenik por ejemplo, que está bloqueada desde hace
dos años por la flota veneciana dirigida por el almirante Loredan, y que sus
ataques son rechazados cada vez por los defensores de la ciudad sitiada.
Segismundo de Luxemburgo, intenta siempre recuperar su poder y lucha en contra
de Ladislao. Envía una ayuda en armas y hombres a las ciudades que en la costa
enfrentan a los venecianos, pero los soldados que llegan o estaban ya demasiado
débiles o muy inclinados a dejarse corromper por el oro de Venecia, aparte el
hecho de que eran todos soldados mercenarios. Recién en 1412 Šibenik se rinde,
sobre todo por la presión ejercida sobre ellos por sus propios nobles, que no
confiaban tampoco nada bueno del lado húngaro. Trogir continúa resistiendo
hasta que después de haber rechazado tres veces los asaltos del almirante
Loredan, ya el pueblo debilitado y casi sin armas no puede seguir combatiendo
con éxito, lo que los decide a la capitulación. Tres días después, es Split la
que cae.
En
Dubrovnik, Venecia ni siquiera intenta entrar ya que aún siente los duros golpes
propinados por los ragusinos. Entran sí a Kotor más al sur como también a las
islas de Korčula, Brać y Hvar más al norte. Venecia quizás dándose
cuenta que jamás poseerá en paz un territorio que no le pertenece, hace saber a
Segismundo que está dispuesta a devolver Dalmacia, a condición que le devuelvan
los 100'000 ducados pagados, más los gastos incurridos por las guerras que ha
librado.
Segismundo
se niega a tal comercio, haciendo ver la absoluta ilegalidad de la transacción
efectuada por Ladislao de Nápoles. Los reyes de Hungría y de Croacia
continuarán en hacer figurar el nombre de Croacia dálmata en sus títulos
reales, para bien mostrar sus derechos sobre toda la costa dálmata.
"perder la Croacia dálmata-, dice el historiador Šišić, -fue
el momento más crítico en la historia croata de la Edad Media después de 1102.
Ella le quitaba al organismo nacional croata la base sobre la cual reposaba
toda su importancia y toda su realidad política-nacional. Desde entonces el
centro de gravedad de la vida política y nacional croata se desplaza siempre
más al norte".
Pero no toda
Dalmacia pudo ser tomada por los venecianos por esta increíble compra del 1409.
Lo que se llamó comúnmente como la Dalmacia Veneciana, no fueron más allá de
250 kilómetros de costa, lo que significaba en la práctica la zona comprendida
de Zadar, Šibenik, Trogir, Split, algunas islas y Kotor. Pero todo el
territorio de Ragusa (Dubrovnik) comprendidas las islas de Lastovo, Mljet y
Šipan (shipan), se mantuvieron siempre libres y jamás dependieron de Venecia,
incluso después de 1409. En 1444, Venecia obtiene, aparte de lo que ya poseía,
Omiš (omish) y Poljica (pólitza) y, en 1452 la costa de Makarska desde la
embocadura del Cetina hasta la desembocadura del río Neretva. En 1435 los
Turcos le habían cedido una parte del litoral y del interior hasta el río
Dinar, vale decir, el interior de Zadar, Šibenik, Trogir y Split. En 1699, el
tratado de paz de Karlovac le da una nueva frontera hacia la Croacia bosniaca,
la cual cubría a Knin, Vrlika Sinji y Vrgorac. En 1718, por la paz de
Požarevac, Venecia adquiere Imotki y la orilla izquierda del Cetina, así como
el curso superior del río Krka.
Todo lo que
Venecia poseía antes de 1444 era llamado -adquisiciones viejas-. Las Bocas del
Cátaro llevaban el nombre de Albania veneciana, ya que ellas estaban separadas
del resto de Croacia por la República de Dubrovnik. Las adquisiciones de la paz
de Karlovac, en 1699, recibirán el nombre de -nuevas adquisiciones - y las de
la paz de Požarevac de - nuevisimas adquisiciones-.
Los Turcos
habían tomado, en 1522, las últimas plazas croatas como Knin y Škradin; en 1527
Obrovac y en ese mismo año la gloriosa Kliš, vale decir, una buena parte de la
Croacia dálmata. Así desaparecía al sur del Velebit el último pedazo de tierra
croata que dependía del Ban y del territorio de Croacia. En la Dalmacia bajo el
dominio veneciano, estos no aportarán ni cultura ni civilización, sino miseria
y ruina económica, destruyendo los puertos dálmatas, aplicando un
proteccionismo abusivo en favor de Venecia y dejando a un abandono total la
industria y la agricultura dálmata. Hasta de sus bosques fue desprovista
Dalmacia, lo cual aceleraba la destrucción del suelo y arruinaba los campos de
labranza. Venecia deshonró la gran civilización italiana por su conducta en
Dalmacia y, consecuentemente, Venecia no hizo nada por la afirmación de la
italianidad en la Croacia dálmata.
DALMACIA Y LA CULTURA CROATA
A pesar de
que el periodo veneciano en Croacia dálmata fue pobre en la cultura que Venecia
podía aportar, ya que ni una escuela entregó a los Croatas (por lo demás,
tampoco a los italianos) ni una imprenta, la Croacia dálmata fue por lo tanto
fecunda en lo que es una expresión esencial en el alma nacional: la literatura.
Del siglo XV al siglo XVIII, Croacia dálmata,, entregó 122 escritores que son
el fundamento de la literatura nacional croata. Entre ellos habían 75 de
Dubrovnik, 5 de Zadar, 4 de Šibenik, 18 de Split, 8 de Korčula y de Hvar,
2 de Viš, 1 de Makarska, el inmortal Kačić, y Trogir dio al célebre
historiador Lucius.
Esta
literatura croata fue la producción espontánea del país dálmata. Ella ocupa la
plaza principal en la colección de clásicos llamada Antiguos escritores croatas
publicada por la Academia Croata de Zagreb. No existen otros ejemplos en la
historia de Europa que un pueblo haya escrito en prosa y en verso, creando una
literatura en la lengua de una minoría nacional oprimida y ya casi sin vida. A
pesar de todo, la Croacia dálmata demostraba poseer una gran fuerza vital,
croata y nacional, la cual no podía ser borrada por ninguna otra tradición
latina ni la moda veneciana de la civilización italiana. Los escritores croatas
escribían también en Latín, aparte de su lengua, pero jamás lo hicieron
únicamente en italiano. Por lo que se puede decir que bajo la dominación
veneciana, la literatura croata floreció en croata y para los croatas. Así la
Croacia dálmata dio antes del siglo XIX, más obras literarias que todo el resto
de la Croacia en su conjunto. Notable fue también la arquitectura surgida en
Dalmacia, en la que basándose en el estilo italiano, le imprimen el carácter
del alma croata.
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Gaspar Glavic: Mis lecturas sobre los 2000 años de
la historia de Croacia
Studia Croatica - electronic edition
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